Asambleas participativas

En 1990 el director de la escuela Miravalles, Antonio Esaúl Chávez Ramírez, me preguntó si me podía encargar de coordinar las asambleas de la escuela. Como muchas actividades de esa escuela, había alguien que coordinaba la acción y el resto del personal docente se sumaba y aportaba. Esta actividad en particular la fuimos diseñando entre el director de la primaria y yo.

Me han preguntado cuál es el origen de esta propuesta, qué teóricos sustentan la estrategia de las asambleas participativas. En primer lugar les digo que no hay un autor en particular, más bien es un colectivo de teóricos, hombres y mujeres que a lo largo de la historia de la humanidad han hecho propuestas y las han llevado a la práctica.

Hay personas que quizá no han hablado del tema de las asambleas, sin embargo las propuestas que han hecho se pueden aplicar en la estrategia de las asambleas. Por ejemplo, cuando los griegos definen la democracia y proponen que el pueblo es quien debe tomar las decisiones, nos lleva a buscar formas en los que cada persona participe en la toma de decisiones.

Hay asambleas multitudinarias en las que prácticamente es imposible que todos participen, a menos que propongamos ejercicios que ayuden a participar. De eso se trata mi propuesta de asambleas participativas, que la gente participe la mayor cantidad de veces en el menor tiempo posible.

He estado presente en muchas asambleas, en el pueblo tojolabal se busca que algunas decisiones se tomen por c
onsenso, cuando alguna persona no está de acuerdo no se puede avanzar al siguiente punto, se dedica un tiempo para dar nuevos argumentos y la persona o personas que no estaban de acuerdo puedan sumarse a la mayoría. De esta experiencia yo fui
haciendo aportes para encontrar argumentos, para respetar a quien piensa diferente, incluso para promover el desacuerdo temporal como una estrategia para mejorar los acuerdos.

Por más de 25 años he estado coordinando asambleas en distintos ámbitos, he ayudado a niños y niñas de escuelas primarias a participar y coordinar asambleas; con jóvenes de secundarias enriquecí la propuesta con el objetivo de mejorar sus estrategias de aprendizaje y el compromiso con la comunidad; con estudiantes de bachillerato y universidad descubrimos que es posible trabajar y aprende de manera colectiva; con líderes religiosos se ve la necesidad de que no sólo una persona, al frente del grupo hable e imponga su palabra, aunque sea una palabra para beneficio de todos.

De esto se tratan las asambleas participativas, que todos y todas participen, cada vez más, en la toma de decisiones, en la ejecución y evaluación de los planes de la asamblea.